martes, 24 de abril de 2018

Ahí que vamos. Invisalign, ¿por qué? Motivaciones




Pues sí. A mis casi 40, me he decidido por fin a solucionar mis problemas dentales. ¿Y por qué no lo he hecho antes? pues como todos un poco, creo, por pereza máxima: por el palo de verme con aparatos en los dientes, por hablar raro, por la pasta que cuestan... pero con los años llega también la sabiduría, dicen, y siendo incluso madre y rozando el cambio de dígito me he dicho, "o ahora o nunca".
Os pongo en antecedentes: nunca llevé aparato y oh, sorpresa, se me empezaron a mover en la universidad, mala época para llevar brackets donde las haya.
Así que lo fui dejando, lo fui dejando y, como tengo la suerte de tener los dientes muy blancos (gracias, papi), más bien grandes pero bonitos, pues nunca le di la mayor importancia.
Pero claro, llegan los años y empecé a tener problemas de encías, "tienes las encías muy delgaditas", jopeta, ya podría tener los muslos igual, pero no, claro 😊 
Y así es como, dos injertos de encía y casi 20 años más tarde, retomo la idea de ponerme aparato y tener los dientes súpermegahiperrectos para tener, sobre todo, los menos problemas de encías en el futuro.


Y así, finalmente, llegó el día en el que le pregunté a mi dentista: ¿Qué hago para arreglarme los dientes?

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