¿Brackets o Invisalign?
La pregunta del siglo, ¿verdad?
Para responderla, mi dentista me aconsejó que hiciéramos unos moldes de mi boca para ver y descartar modelos, y eso es lo que hice. Media hora de fotos, plastilina en la boca y demás, pero todo soportable (y, creedme, me he hecho no uno, sino dos injertos de encía y aquello SÍ que es lo peor de lo peor. Ánimo a los que estéis en este trance).
A las pocas semanas vuelvo a la consulta y me explica las opciones.
Empezó por los brackets tradicionales: a los 2 minutos ya los había rechazado: "Te haré unos agujertios en la encía para anclar los tornillitos y así, con las gomas, moverte todos los dientes" JELOU?? ay, esos eufemismo, esos diminutivos terroríficos... TORNILLITOS quiere decir tornillos, yes, yes, me los enseñó en una boca de muestra que me mostró y casi me quedo patidifusa.
"No, gracias" le dije, creo que lo de perforarme la boca no va conmigo, sorry.
Me dio pavor la idea de verme con unos clavos metálicos ahí dentro, así que, chicos y chicas, si vosotros podéis, ole por vosotros, yo, no, yo paso 😊
Total, que ya descartados los tradicionales, a ver qué se contaba de los Invislign. Pues mi dentista me comentó que quizá costaría un poco más hacer los movimientos (sobre todo en el canino superior, que es el que tengo más salido), pero que también me funcionaría.
Me mostró un vídeo de muestra, me explicó todo bastante bien (y eso que mi doctora no es la alegría de la huerta que digamos, debe ser algo personal y que me las busco así, mi ginecóloga es igual de sosaina) y, al salir, me dieron el presupuesto: 3.700 euros, 700 por adelantado y el resto financiado sin intereses. Pues ni tan mal, pensé, ¡adelante!
Así que pedí hora para la primera visita de toma de medidas.
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