martes, 24 de abril de 2018

Visita 0: Toma de medidas



La primera visita una vez me decidí ya por Invisalign consistió en la toma de medidas de mi boca (again, porque parece ser que las que me hicieron anteriormente se habían extraviado ?¿), radiografías por delante y por detrás y fotos y más fotos de la boca, ¡qué horror ser modelo, pordios!

Lo peor, sin duda, unas fotos con una especie de agarradores por los lados, y con un espejo que colocaba la enfermera, qué asquete, ecs! pero bueno, yo, como siempre, pensando en el futuro y visualizándome en meta con mi sonrisa profidén (y con muchas y gorditas encías 😊).

La verdad es que fue un ratito, media hora larga seguro, pero bueno, tocaba hacerlo bien porque en eso se basará la dentista para hacer el informe que luego envía, junto a mis moldes y fotos, a los laboratorios de Invisalign en Holanda (me comentó que hace y un tiempo que la empresa tiene una filial en Europa y que se ahorraba un montón en tiempos; me fliparía visitarlo, debe ser como ciencia ficción, no?)

Al acabar, la doctora me comentó que en cosa de un mes tendrían ya el estudio, el famoso vídeo (clincheck) y los primeros moldes, ¡qué horror ilusión!
(Y me tocaría pagar también los 700 pavos, claro).

Antes de Invisalign: ¿Brackets o Invisalign?

¿Brackets o Invisalign?

La pregunta del siglo, ¿verdad?

Para responderla, mi dentista me aconsejó que hiciéramos unos moldes de mi boca para ver y descartar modelos, y eso es lo que hice. Media hora de fotos, plastilina en la boca y demás, pero todo soportable (y, creedme, me he hecho no uno, sino dos injertos de encía y aquello SÍ que es lo peor de lo peor. Ánimo a los que estéis en este trance).

A las pocas semanas vuelvo a la consulta y me explica las opciones.
Empezó por los brackets tradicionales: a los 2 minutos ya los había rechazado: "Te haré unos agujertios en la encía para anclar los tornillitos y así, con las gomas, moverte todos los dientes" JELOU?? ay, esos eufemismo, esos diminutivos terroríficos... TORNILLITOS quiere decir tornillos, yes, yes, me los enseñó en una boca de muestra que me mostró y casi me quedo patidifusa.
"No, gracias" le dije, creo que lo de perforarme la boca no va conmigo, sorry.
Me dio pavor la idea de verme con unos clavos metálicos ahí dentro, así que, chicos y chicas, si vosotros podéis, ole por vosotros, yo, no, yo paso 😊

Total, que ya descartados los tradicionales, a ver qué se contaba de los Invislign. Pues mi dentista me comentó que quizá costaría un poco más hacer los movimientos (sobre todo en el canino superior, que es el que tengo más salido), pero que también me funcionaría.

Me mostró un vídeo de muestra, me explicó todo bastante bien (y eso que mi doctora no es la alegría de la huerta que digamos, debe ser algo personal y que me las busco así, mi ginecóloga es igual de sosaina) y, al salir, me dieron el presupuesto: 3.700 euros, 700 por adelantado y el resto financiado sin intereses. Pues ni tan mal, pensé, ¡adelante!

Así que pedí hora para la primera visita de toma de medidas.

Ahí que vamos. Invisalign, ¿por qué? Motivaciones




Pues sí. A mis casi 40, me he decidido por fin a solucionar mis problemas dentales. ¿Y por qué no lo he hecho antes? pues como todos un poco, creo, por pereza máxima: por el palo de verme con aparatos en los dientes, por hablar raro, por la pasta que cuestan... pero con los años llega también la sabiduría, dicen, y siendo incluso madre y rozando el cambio de dígito me he dicho, "o ahora o nunca".
Os pongo en antecedentes: nunca llevé aparato y oh, sorpresa, se me empezaron a mover en la universidad, mala época para llevar brackets donde las haya.
Así que lo fui dejando, lo fui dejando y, como tengo la suerte de tener los dientes muy blancos (gracias, papi), más bien grandes pero bonitos, pues nunca le di la mayor importancia.
Pero claro, llegan los años y empecé a tener problemas de encías, "tienes las encías muy delgaditas", jopeta, ya podría tener los muslos igual, pero no, claro 😊 
Y así es como, dos injertos de encía y casi 20 años más tarde, retomo la idea de ponerme aparato y tener los dientes súpermegahiperrectos para tener, sobre todo, los menos problemas de encías en el futuro.


Y así, finalmente, llegó el día en el que le pregunté a mi dentista: ¿Qué hago para arreglarme los dientes?