La primera visita una vez me decidí ya por Invisalign consistió en la toma de medidas de mi boca (again, porque parece ser que las que me hicieron anteriormente se habían extraviado ?¿), radiografías por delante y por detrás y fotos y más fotos de la boca, ¡qué horror ser modelo, pordios!
Lo peor, sin duda, unas fotos con una especie de agarradores por los lados, y con un espejo que colocaba la enfermera, qué asquete, ecs! pero bueno, yo, como siempre, pensando en el futuro y visualizándome en meta con mi sonrisa profidén (y con muchas y gorditas encías 😊).
La verdad es que fue un ratito, media hora larga seguro, pero bueno, tocaba hacerlo bien porque en eso se basará la dentista para hacer el informe que luego envía, junto a mis moldes y fotos, a los laboratorios de Invisalign en Holanda (me comentó que hace y un tiempo que la empresa tiene una filial en Europa y que se ahorraba un montón en tiempos; me fliparía visitarlo, debe ser como ciencia ficción, no?)
Al acabar, la doctora me comentó que en cosa de un mes tendrían ya el estudio, el famoso vídeo (clincheck) y los primeros moldes, ¡qué
(Y me tocaría pagar también los 700 pavos, claro).